Como no hay dos sin tres, no podiamos dejar de celebrar el día de los humedales en un pequeño humedal que sin duda servirá de refugio para las aves. EL HUMEDAL DE PEDROKO-URANSOLO.
Para hacer hincapié de que todos los humedales son importantes, los grandes y también los pequeños, no podiamos olvidarnos de este humedal que está en proceso de recuperación.
Si el sábado 9 nos despertaba un diá soleado este 10 de febrero era todo lo contrario, lluvia y viento y frio. Aún así nos acercamos hasta alli, con la intención de dejar ese guiño al humedal.
Cerca de aquí, en los montes próximos al pueblecito de Munain, brotan las aguas del naciente río Zadorra, el principal y más largo de Álava y es por estas tierras de la Llanada Alavesa, el cauce vertebrador de la comarca, dejándose llevar por el valle y siendo alimentado por multitud de afluentes como el Alegría y arroyos y regatos, como el Egileor y el Santa Bárbara, siendo estos dos últimos el origen de este modesto pero recoleto humedal.
Estos dos pequeños cauces transcurren muy cerca el uno del otro, por lo tanto sus filtraciones se acaban fusionando dando lugar y más acusadamente en época de lluvias a este ecosistema palustre, quedando el área de Pedroko-Uransolo inundada.
Como ha pasado y sigue pasando con muchos humedales de la Península, especialente los humedales pequeños, antaño, esta pequeña laguna se desecó para utilizarla como zona de cultivo pero en las estaciones húmedas por efecto de la lluvia y nieve, el nivel freático del agua subía y recuperaba lo que era suyo anegando todo el espacio, alcanzando incluso el casco urbano de Agurain e inundando algunas calles en otoños o inviernos especialmente húmedos. El invierno en el 3ª pueblo más habitado de Álava (tras Llodio-Laudio y Amurrio) es riguroso climaticamente hablando y bastante húmedo.
Cerca de aquí, en los montes próximos al pueblecito de Munain, brotan las aguas del naciente río Zadorra, el principal y más largo de Álava y es por estas tierras de la Llanada Alavesa, el cauce vertebrador de la comarca, dejándose llevar por el valle y siendo alimentado por multitud de afluentes como el Alegría y arroyos y regatos, como el Egileor y el Santa Bárbara, siendo estos dos últimos el origen de este modesto pero recoleto humedal.
Estos dos pequeños cauces transcurren muy cerca el uno del otro, por lo tanto sus filtraciones se acaban fusionando dando lugar y más acusadamente en época de lluvias a este ecosistema palustre, quedando el área de Pedroko-Uransolo inundada.
Como ha pasado y sigue pasando con muchos humedales de la Península, especialente los humedales pequeños, antaño, esta pequeña laguna se desecó para utilizarla como zona de cultivo pero en las estaciones húmedas por efecto de la lluvia y nieve, el nivel freático del agua subía y recuperaba lo que era suyo anegando todo el espacio, alcanzando incluso el casco urbano de Agurain e inundando algunas calles en otoños o inviernos especialmente húmedos. El invierno en el 3ª pueblo más habitado de Álava (tras Llodio-Laudio y Amurrio) es riguroso climaticamente hablando y bastante húmedo.
Este humedal está en proceso de recuperación y conservación desde el año 2007, en el que el Ayuntamiento de Agurain, compró 70000 ha de sus terrenos y donde se han hecho trabajos de plantación de especies forestales autóctonas, instalación de un observatorio de aves y un panel interpretativo relativo al proyecto de plantación y conservación del olmo para conseguir restaurar el hábitat y recuperar la presencia de la mariposa W blanca (Satyrium-w-album), que está asociada a esta especie de árbol, el cual tanto ha visto desaparecer sus bosques a causa de la enfermedad de la grafiosis, en los años 70 y que este lepidóptero ha sufrido por ello, un descenso fuerte en sus poblaciones.
En esta jornada aunamos naturaleza, cultura y etnografía acercándonos a uno de los hitos del pasado prehistórico alavés : el dolmen de Sorginetxe (literalmente, casa de las brujas), situado a unos 600 m, del humedal, junto a la localidad de Arrizala.
En un bonito emplazamiento, en una pequeña campa , se halla muy bien conservado este fotogénico monumento megalítico funerario este vestigio de nuestros antecesores alaveses de hace milenios.
Siempre es enriquecedor y gratificante mientras disfrutamos de la naturaleza poder contemplar, admirar y conocer los más destacados lugares y puntos de interés de la cultura e historia de cada lugar.
Y dada la cercanía era obligado completar la visita etnográfica a "su gemelo", el dólmen de Aizkomendi, en el pueblo de Egilaz, muy próximo a Agurain.
Es megalito es considerado el dólmen más grande del País Vasco.
Nuestro paseo ornitológico por el bonito humedal fue provechoso, no son pocas observaciones, habida cuenta de que es un espacio en recuperación y unas cuantas especies ya están acudiendo a este paraje y eligiéndolo como lugar de descanso o invernada. Los resultados de esa mañana fueron los que mostramos:
- Focha común 2
- Buitre leonado 5
- Milano real 1
- Corneja negra 4
- Carbonero común 2
- Petirrojo europeo 2
- Mirlo común 2
- Estornino negro 35
- Bisbita pratense 2
- Jilguero europeo 8
- Escribano triguero 8
- Escribano cerillo 1
- Gorrión común 5
Por tanto las sensaciones que experimentamos esa mañana fueron muy positivas llegando a la conclusión de que seguiremos visitando este paraje con encanto más frecuentemente y en cualquier época del año para continuar poniéndole atención y realizar un seguimiento de diversidad de avifauna que va recalando y/o criando aquí y deseando ver su recuperación a todos los niveles: de fauna, flora y paisaje.
Texto: Ana Mar Montoya y J.Javier Frías
Fotos: Ana Ma Montoya
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