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lunes, 31 de enero de 2022

Celebración del Día Mundial de los Humedales 2022. Puerto deportivo de Getxo y Humedal de Bolue. Bizkaia. (29-1-2022)

Celebración del Día Mundial de los Humedales 2022. 

Nuevo año y como siempre ante las primeras hojas de un almanaque, ilusiones renovadas haciendo acopio de energía positiva para hacer frente las circunstancias tan atípicas y complicadas que están protagonizando la vida cotidiana de la humanidad desde hace dos años.

Desde el Grupo  Local SEO-Betsaide, en esta ocasión inauguramos el año con esta primera actividad y que además para nuestra organización es una de las fechas importantes, marcadas en verde, del calendario. En esta edición, desde SEO/BirdLife enmarca el objetivo de la celebración en hacer hincapié en el estado de salud ambiental de las lagunas costeras, con la pretensión de dar a conocer y concienciar acerca de la situación en la que se encuentran 3 espacios protegidos de este tipo de hábitat en el Estado, como son: Doñana, la Albufera de Valencia y el Mar Menor. 3 entornos de altísimo valor ecológico, que forman parte de la Red Natura 2000 y emblemáticos de la naturaleza ibérica que constituyen el 90% de las lagunas costeras de España y que se encuentran, por distintos motivos (en todos los casos, como siempre por culpa del impacto humano) en grave peligro de desaparición, siendo el Mar Menor, el que se encuentra en una situación más crítica, casi irreversible por la alta concentración de vertidos químicos y fitosanitarios, que le han llevado a una gran contaminación, provocando que la eutrofización de sus aguas haya causado una enorme mortandad de peces y otros seres vivos.

 

Los otros parajes, tanto Doñana como la Albufera, a pesar incluso, como el caso de Doñana, de poseer la máxima figura de protección siendo Parque Nacional y Patrimonio de la Humanidad no se libran del impacto ambiental humano y desidia de la clase política y autoridades , que miran para otro lado y permiten la sobreexplotación de sus acuíferos por medio de numerosos pozos ilegales que agricultores de la zona están esquilmando los recursos hídricos de las marismas para sus cultivos de arroz, fresas y frutos rojos, poniendo en gravísimo riesgo al hábitat y a las especies que dependen de su buen estado para su supervivencia.

Acerca de este tema fuimos explicando a las personas que se apuntaron a nuestra visita guiada divulgativa y de observación de las aves, bajo un precioso cielo de intenso azul cerúleo, salpicado de unas pocas nubes a la mañana, aunque eso también, de gélidos amaneceres, como ha protagonizado la climatología que suele ser habitual en este riguroso mes, con fuertes heladas en el interior y temperaturas de hasta 8º bajo cero durante la última quincena.

Antes de visitar el humedal de Bolue, objetivo principal del recorrido que organizamos, nos acercamos primeramente a pasar unas horas en el Abra, junto al puerto deportivo de Getxo, observando desde el muelle de Ereaga, las aves marinas y costeras como varios grupos de alcas (Alca torda), contabilizando una docena de estos álcidos, que se encontraban bastante activas, nadando y sumergiéndose repetidamente en busca de alimento. A no mucha distancia de la playa de Ereaga, nadaban también somormujos lavancos (Podiceps cristatus) y cerca de las boyas, un solitario colimbo chico (Gavia stellata). Los vuelvepiedras (Arenaria interpres), se afanaban en su búsqueda habitual de invertebrados en la escollera del muelle, unos pocos charranes patinegros (Sterna sandvicensis) hacían compañía a un grupito de gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus), posados en un bote pesquero y los siempre vivarachos gorriones comunes (Passer domesticus) y algún colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) se refugiaban en la vegetación de una rotonda.

Desde el parking del puerto deportivo se puede divisar el paisaje costero de esta residencial urbe y observamos la presencia en vuelo de garcetas comunes (Egretta garzetta), andarríos chico (Actitis hypoleucos), la pose vigilante de un cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), la territorialidad de un petirrojo (Erithacus rubecula), el ondulante vuelo de la lavandera blanca (Motacilla alba) y las zambullidas de un zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis) .  Toda esta nómina de dispares especies de aves bajo el sobrevolar constante de las inefables vecinas de estos espacios: las gaviotas patiamarillas (Larus michahellis), sombrías (Larus fuscus) y reidoras.

Despues de nuestras observaciones pusimos rumbo al humedal de Bolue, también situado en Getxo, para dedicarle las siguientes horas de observación disfrutando del día.  Efectuamos paradas en los lugares en los que habitualmente plantamos telescopio y prismáticos en nuestras visitas a este recoleto humedal, que está necesitado de una actuación de conservación y recuperación, habida cuenta de la colmatación de sedimentos que provoca que poco a poco se vaya reduciendo el caudal de agua del antiguo embalse y corra el riesgo de desecarse.

Las recientes fuertes lluvias del diciembre pasado han ayudado a que la frágil lámina de agua se mantenga y poder ver la fauna que aquí sobrevive y encuentra refugio y alimento: ánades azulones (Anas platyrhynchos), mitos (Aegithalos caudatus), gallinetas comunes (Gallinula chloropus), zampullín común (Tachybaptus rufficollis), garceta común, lavandera cascadeña (Motacilla cinerea), y  más de una veintena de especies que detectamos ya  fuera por su canto y/o su presencia: jilgueros europeos (Carduelis carduelis), carbonero común (Parus major), cetia ruiseñor (Cettia cetti), mosquitero común (Phylloscopus collybita), tarabillas europeas (Saxicola rubicola), pito real ibérico (Picus sharpei), petirrojos, pinzones vulgares (Fringilla coelebs), currucas capirotadas (Sylvia atricapilla), mirlo común (Turdus merula), jilguero lúgano (Carduelis spinus), que se encontraba picoteando insistentemente los frutos de un aliso, comiendo sus semillas. 

Otra presencia interesante que percibimos fue la de un sexteto de garzas reales (Ardea cinerea), ya con el mechón largo de finas plumas que les adorna para su época nupcial. Permanecían encaramadas en las copas de un eucaliptal, saltando de árbol en árbol y protagonizaban elegantes vuelos hasta agruparse de nuevo. En ese mismo paraje un ejemplar de busardo ratonero (Buteo buteo) vigilaba de cerca a poco más de una docena de estorninos pintos (Sturnus vulgaris) y estorninos negros (Sturnus unicolor). 

Asimismo el merodeo del  halcón peregrino (Falco peregrinus) que inquietaba sumamente a los gregarios passeriformes.  Por otra parte, el resto del vecindario ornítico observable estuvo formado por un cormorán grande, zorzal común (Turdus philomelos), corneja negra (Corvus corone), arrendajos euroasiáticos (Garrulus glandarius), urraca (Pica pica) y representando a las columbiformes, una paloma torcaz (Columbus palumbus) y una tórtola turca (Streptopelia decaocto).

Avanzando las horas vespertinas y como es menester en nuestras visitas a la naturaleza de Getxo, realizamos la última parada de avistamiento en la zona de limos de Lamiako, anotando la observación del andarríos chico (Actitis hypoleucos), gaviotas patiamarillas y una pareja de ánades azulones.

Con la oscuridad del ocaso, momento para dar por finalizada la jornada de pajareo y repasar la lista de aves detectadas al calor de un buen cafe.

Mil gracias a todxs por acompañarnos. Mila esker guztiei gurekin etortzeagatik. Laster arte. 


Texto y fotos: Ana M. Montoya y J.Javier Frías.


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